Con o sin coronavirus: ¡ojo en los supermercados cuando los cajeros se chupan los dedos para abrir las bolsas de plástico!
Llevo años pensando en escribir de este tema pero, con todo lo que está pasando con el coronavirus y viendo que nada ha cambiado en este sentido, he decidido no retrasarlo más.
Hace ya muchos, pero muchos años, me alertó el gesto “amable” de los cajeros de supermercados de alimentación, -así como en los pequeños comercios-, que te abren la bolsa de plástico para que metas los alimentos con el típico chupado de dedos para facilitar su apertura.
Un día me puse a pensar y me dije: «Me están dejando sus virus, bacterias y ADN no solo en la bolsa, sino también en todos los alimentos que van tocando al pasarlos por la caja».
Cuando caí de la cuenta de todo ello, hace ya como 20 años, le dije a aquel cajero que ya la abría yo. Y, por supuesto, le di las gracias por su gesto de amabilidad, -aunque un gesto mal entendido-.
Desde entonces, siempre llevo mis bolsas de rafia en el coche. Y cuando en alguna ocasión se me han olvidado en casa, no pido bolsas, sino que pongo todos los alimentos sueltos en el coche. Pero esto no significa que haya cambiado nada por parte de este tipo de trabajadores.
Un poco de sentido común
Yo compro mis alimentos tanto en grandes superficies como en pequeños comercios, pues de cada uno de ellos obtengo lo que más me gusta, a pesar de que esta forma de comprar me suponga más tiempo.
Pues puedo decir que a fecha del sábado 7 de marzo del 2020, no he visto que se haya dejado el hábito de “chupar los dedos para abrir la bolsa” en ninguno de los sitios. Y eso, teniendo en cuenta el Coronavirus.
Pero es más, ¿quién no ha visto que muchos cajeros, pero muchos muchos, entre cliente y cliente se tocan la cara, comisura de los labios, ojos, el final de la nariz, etc. y luego tocan tus alimentos? Yo lo veo continuamente. Y siento decirlo porque parece que me esté metiendo con ellos, pero no es así. Es, simplemente que se debe utilizar el sentido común.
Ciertamente, me da hasta vergüenza tener que escribir este toque de atención. ¿Es que el personal responsable de los trabajadores que manipulan alimentos no son capaces de advertirles de esto? ¿Es que los propios trabajadores, como personas que son, con sus propios pensamientos y capacidad de análisis, no son capaces de caer de la cuenta de las consecuencias de esos actos?
Pero no termino aquí. En muchos sitios a los que voy, para tomarte cualquier cosa, veo como hay trabajadores que cogen los alimentos con las manos, sin guantes ni nada. Sí, sin guantes ni nada. Ayer mismo, sábado 7 de marzo del 2020, fui con mi hija al Plaza Norte 2 (San Sebastián de los Reyes – Madrid) y quisimos comprar unos bollos de chocolate [no tengo intención de poner el nombre del establecimiento porque el espíritu de este artículo no es cargar contra ninguna empresa, sino contra este tipo de prácticas], y, para nuestra sorpresa, ninguno de los tres o cuatro trabajadores que estaban atendiendo a los clientes llevaba guantes ni pinzas para coger los bollos. Utilizaban sus manos y cogían el producto con una servilleta que luego la metían en la bolsa.
¡Ojo, ojo, ojo! Y eso, con el coronavirus de por medio. Pero vamos, que con o sin coronavirus, es vergonzosa esa falta de higiene alimentaria.
Miren, recuerdo que hace como 5 o 7 años llevaba yo el carro muy lleno en uno de estos supermercados muy conocidos [tampoco voy a poner el nombre], y cuando ya me tocaba el turno de que me pasasen los alimentos por caja, veo que el trabajador está sonándose los mocos con un pañuelo que ya tenía empapado de tanto usarlo. Bien, con dos narices le dije que eso era una guarrada porque estaba tocando los alimentos. Dejé allí todo el carro con la compra. El chico se disculpó diciendo que era alergia. Pero a mi me dio igual. En este caso, además de esas malas praxis, hay que dar un toque de atención a los encargados o jefes porque si su personal está enfermo, debe quedarse en casa. Y no solo pensando en los clientes, sino también en los propios trabajadores. Y da igual que sea alergia, -de la que no para de estornudar-, o gripe, -que encima es contagiosa-. Y yo lo hice, porque soy una ciudadana muy observadora, crítica y activa. Pedí hablar con el responsable de ese supermercado y le dije que no debería estar en línea de caja personal enfermo. La respuesta que me dio fue que lo comentaría a sus superiores. Sin embargo, al día siguiente el trabajador seguía en su puesto de trabajo con los mismos síntomas. ¡Lamentable tanto por el trabajador como por los clientes!
En fin, que sirva este artículo simplemente como un toque de atención tanto para los cajeros que “chupan las bolsas”, -o se están tocando ciertas zonas de la cara entre cliente y cliente-, como para los consumidores, con el fin de que rechacen los alimentos ante este tipo de malas prácticas. Esto, con o sin coronavirus. Que muchas veces, no sabe uno ni de dónde le vienen ciertas cosas.
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