El Ayuntamiento de Madrid mata a tiros a las cotorras del parque Fuente del Berro

Filed in Comunidad de Madrid, Mundo Animal by on 25 noviembre, 2021
Esta mañana, cuatro cazadores contratados por las empresas Matinsa y Dypsa se han liado a tiros con las cotorras del parque Fuente del Berro de Madrid (distrito de Salamanca), según publicó la asociación «Mis Amigas las Palomas». Animalistas activistas han entrado en el parque y al ver las escopetas, han llamado a la Policía.

 

Un total 2.930.097,49 euros para matar 12.000 cotorras. Lo que supone que estas empresas ganan 244 euros por cada cotorra muerta.

 

 

 

Testimo de un testigo: «Unos señores iban vestidos de oscuro, disparando a diestro y siniestro. Animal al que disparaban le echaban a la bolsa. Iban con la cara cubierta. Eran 4 cazadores y otro con un vehículo naranja recogiendo los cuerpos todavía calientes de las cotorras». [..] Es muy violento vivir todo esto».

 

 

Matarlas a tiros forma parte de la gestión de «control» del Ayuntamiento de Madrid de estas aves.

 

Y mientras ellos las mataban, un grupo de animalistas activistas ha acudido al parque Fuente del Berro a llevarse las que quedaban mal heridas.

 

 

Vergonzoso y fuera de toda ética y moral tiene este tipo de actuaciones consistentes en matar animales que nunca quisieron llegar hasta aquí y cuyos gestores políticos no saben de otros métodos que matar. Eso sí, en su momento, bien que llenaron sus arcas con la venta de estas especies.

 

Las cotorras, al igual que una infinidad de aves de otros países, son maltratadas desde que nacen, las capturan y las transportan hasta distintos países.

 

El pasado mes de mayo, el Ayuntamiento de Madrid inició su «Plan integral para el control y reducción de la cotorra argentina y de Kramer», debido, según decían, al número de quejas vecinales, a su comportamiento invasro y por ser vectores de transmisión de enfermedades.

 

Según han informado a La Plaza fuentes del Ayuntamiento de Madrid, dicho contrato, «licitado en febrero, se adjudicó a Matinsa y Dypsa por 2.930.097,49 euros (IVA incluido). El servicio tendrá una duración de 23 meses».

 

 

 

Contrato de 2.930.097,49 euros para matar 12.000 cotorras

 

Como bien sabemos, las actuaciones siempre hay que justificarlas, pero puestos a justificar sería bueno que justifiquen el motivo por el cual se ha permitido, durante 30 años, que la cotorra entre en España. La única justificación era que su venta producía interesantes beneficios ecómicos y nunca importó lo más mínimo las justificaciones que ahora dan para «controlarla» y cuyo gasto supone un total de 2.930.097,49 euros, que pagamos todos los madrileños para que maten a tiros a 12.000 cotorras.

 

La presidenta de «Mis amigas las palomas», Bárbara Fernández Andújar, ha manifestado a La Plaza, «que el Ayuntamiento de Madrid ha ignorado las alternativas que les propusimos no letales como son esterilización de machos y control de puestas. Además, esa propuesta era muchísimo más barata que el dinero que han decidido gastarse con las empresas Matinsa y Dypsa y que nos cuesta a los madrileños un total de 2.930.097,49 euros-, para matar 12.000 cotorras y, encima, a tiros. Lo que supone que estas empresas ganan 244 euros por cada cotorra muerta».

 

 

Fernández asegura que el Ayuntamiento de Madrid se ha dedicado a «demonizar» a esta especie, para justificar este contrato millonario, que en realidad «más que daños a la biodiversidad, quieren acabar con las quejas de los vecinos a los que les molestan los sonidos de las aves».

 

El Ayuntamiento de Madrid comenta que puso en marcha este plan «por motivos de seguridad y protección de la salud humana», dado que la población de cotorra argentina «ha aumentado un 85% desde el año 2015 y un 665% si se tiene como referencia el año 2005. Son vectores de transmisión de enfermedades y el peso que alcanza el nido sobre las ramas de los árboles ponen en riesgo la seguridad de los ciudadanos en caso de desprendimiento. Además, el número de quejas vecinales se ha incrementado un 136% desde 2018, siendo Latina, Usera y Carabanchel los distritos donde más número de reclamaciones se contabilizan», comentan estas mismas fuentes municipales.

 

Sin embargo, la presidenta de «Mis amigas las palomas» lamenta que desde que comenzó a entrar esta especie en Madrid, hace ya 30 años, el Ayuntamiento no ha movido ni un dedo hasta ahora. Si esa gestión si hubiese realizado en su momento, habría sido sobre unas decenas de ejemplares, en vez de miles, como ha ocurrido en otras zonas de la geografía de España. «Pero todo es un negocio».

 

 

Por otra parte, Bárbara Fernández recalca que «al no existir ni un plan regional ni nacional sobre aves invasoras, no tiene ningún sentido lo que están haciendo, porque estas aves se dispersarán a otras zonas.  Con lo cual, la única justificacion que vemos es la de dar dinero a Matinsa y Dypsa que, además, podrían ver perputuado su contrato en el tiempo porque el ciclo de vida de esta especie  continuará al no haber dado una solucion eficaz».

 

Todos sabemos que mientras para unos esto es una cuestión ética y de respeto a la vida, para otros es un negocio.

 

Qué dice la ordenanza municipal

 

Según la ordenanda de Medio Ambiente de Madrid ANM 1985\3: «Respecto al control de poblaciones de estas aves, se realizará a través de un protocolo interno establecido por el propio Ayuntamiento, que en ningún caso contemplará el empleo de armas de fuego para el abatimiento de las mismas ni ninguna otra actuación que pudiese ser constitutiva de maltrato animal».  Modificado artículo 201 por la modificación de la Ordenanza General de Protección del Medio Ambiente Urbano, de 27 de noviembre de 2018. ANM 2018/57

 

«Sin embargo, se ha hecho una excepción porque el dinero manda», añade Bárbara Fernández.

 

La Sociedad Española de Ornitología propuso este método

 

En el documento del Ayuntamiento sobre la «reducción de la población actual» dice:

 

«Tal y como quedan planteados en el informe emitido duranerte 2016 para este consistorio por la Sociedad Española de Ornitología, los métodos a emplear quedan clasificados de la siguiente manera:

 

– Uso jaulas-trampa […]

– Utilización de redes […]

– Empleo de carabinas de aire comprimido, en circunstancias específicas y recintos acotados. […]

 

El censo de la cotorras fue encargado a SEO/Birdlife, «en cuyo estudio demandó el control inmediato de las cotorras. Eso sí, un encargo previo pago por su servicio», comenta esta presidenta lamentándose de que es inadmisible que una sociedad de aves «haga diferencia entre las aves de aquí y las de fuera. Ellos alegarán que son la Sociedad Española de Ornitología y que solo les importan las autóctonas, pero nosotros no hacemos diferencias entre unas y otras porque nos importa la vida de todas ellas».

 

Esa es la diferencia entre ecologistas y animalistas, cuando ambos pueden ir de la mano simplemente sin matar.

 

 

 

El Ayuntamiento confirma que tienen la autorización de la Comunidad de Madrid

 

«Respecto al vídeo que circula en redes sociales, desde el Ayuntamiento se confirma que se trata de una actuación recogida en el plan para situaciones excepcionales y que se ciñe a la autorización de la Comunidad de Madrid para reducir estas aves exóticas invasoras.

 

El contrato suscrito establece el empleo de carabina de aire comprimido en circunstancias específicas y recintos acotados.

 

El vídeo mencionado se ha grabado hoy mientras dos operarios de las empresas actuaban en el Parque de Fuente del Berro, que se había cerrado al público de 9:00 a 12:00 horas para proceder a estas labores en un lugar donde el uso de otros medios para reducir la población residual no era efectivo.

 

El grueso de las operaciones se ha realizado y continuará llevándose a cabo en la ciudad con cañón lanzaredes y red de libro», concluyen estas mismas fuentes municipales.

 

TESTIMONIOS de TESTIGOS de la muerte a tiros de las cotorras

 

ESTHER:

 

«Esta mañana, estábamos en el parque de Fuente del Berro hemos empezado a escuchar algo parecido a  disparos de un arma con silenciador.

 

Unos señores iban vestidos de oscuro, disparando a diestro y siniestro, animal al que disparaban le echaban a la bolsa. He llamado a la Policía Nacional y municipal. Creo que es lo que procedía, porque estaban con un arma de fuego en un parque público y hemos continuado siguiéndoles.

 

He visto que llevaban un trípode de caza y prismáticos de visión nocturna, así que entiendo que han estado disparando sin luz. La típica brutalidad que se hacía antes de apuntar por la noche con la linterna para conseguir el disparo fácil.

 

Eran perfil de cazador. Iban con la cara cubierta.

 

Eran 4 cazadores y otro con un vehículo naranja recogiendo los cuerpos todavía calientes de las cotorras.  No hemos conseguido ver los animales que llevaban en la furgoneta, eran bastantes.  Cuando ha venido la Policía municipal nos han pedido nuestros datos y poco más. Mi sensación es difícil de contar.

 

Es muy violento vivir todo esto. Hemos recorrido el parque. Es fundamental que se publiquen las fotos porque esta canallada no se puede permitir».

 

JAIDE:

 

«Yo llegué un poco tarde. La salvajada que he visto es que habían disparado a las cotorras con la escopeta. Mi sensación ha sido de impotencia total, injusticia, tristeza al ver a las cotorras tiroteadas y asesinadas.

 

Te quedas con mal cuerpo al ver como matan un ser inocente. Es muy frustrante darte cuenta de la falta de sensibilidad que tienen las personas que hacen este exterminio. Están matando a seres que no merecen morir, que es un asesinato«.

 

LIDIA:

 

«Estábamos en el parque y me han dicho que estaban disparando a las cotorras, que había un chico con un rifle. Nos hemos encontrado con dos chicos que rápidamente, en cuanto nos han visto, se han cubierto la cara, llevaban dos rifles.

 

Iban caminando y recogiendo decenas de cotorras que había en el suelo. Yo he ido a preguntarles que por qué estaban disparando a las cotorras. Han llegado a un punto en el que había como una mira, un coche, unas bolsas, que tenían puesto para disparar y ahí había una persona. Les he dicho que era una barbaridad lo que estaban haciendo. Han contestado que era su trabajo y les he dicho que iba a llamar a la policía. Ellos insistían en que hacían su trabajo, porque la cotorra argentina es una invasora y que tenían que matarlas para reducir su población.

 

Yo me he quedado ahí porque no iba a permitir que las dispararan. Ha venido la Policía y también un hombre sin identificación, que me ha empezado a decir que si yo comía de la fotosíntesis. Los policías, muy majos, le han pedido que no me insultara. Ellos decían que les habíamos estropeado la jornada de trabajo, que ya no iban a poder hacer nada, que ellos han gestionado las cotorras de Zaragoza de la misma manera.

 

La Policía les ha pedido autorización y ellos la tenían. De nuevo uno de los hombres me decían que si yo era consciente de lo que hacía, que si sabía la de cotorras que hay, que es una barbaridad, que entonces las ratas también tienen que vivir en la ciudad y que ya veríamos la salud que íbamos a tener si las dejáramos vivir. La policía de nuevo le ha pedido que me dejara en paz, que no es cuestión de debatir si no de confirmar si tienen autorización para disparar a los animales. Muy desagradable verles campar a sus anchas.

 

Yo les he dicho que son muy valientes disparando con un rifle a animales que no pesan ni 100 gramos. Uno me ha amenazado si veía su imagen en redes, que le ponía muy nervioso que le grabara estando trabajando y le he dicho que a mí me pone nerviosa ver como matan animales indefensos. La Policía me ha dicho que lo entiende pero que no pueden hacer nada, que ponga la queja en el Ayuntamiento.

 

Ha sido muy tremendo ver las cotorras tiradas en el parque, pensar que está consentido y que es legal, es que no me lo creo, estoy en shock». 

 

ANÓNIMO:

 

«Yo ayer llamé al 010 preguntando qué acciones habría hoy en el parque y no les constaba nada. Es raro.

 

En el acceso al parque no indicaba que no se pudiera pasar, si no que se realizaría una acción sobre especies invasoras. Dentro del parque hay una zona que es la Quinta de Fuente del Berro, que tiene una biblioteca que está en alto y desde ahí se veía a dos personas con armas, mientrs en la biblioteca había personas leyendo.

 

Alguien ha llamado a la Policía. Nos hemos acercado al sitio y ha pasado un vehículo naranja con un operario que llevaba polo del Ayuntamiento de Madrid. En un recodo estaban los hombres que disparaban recogiendo sus cosas. Ha llegado la Policía, muy agradables. Les hemos explicado que intentábamos que no mataran a las cotorras. En pleno siglo XXI no es necesario esto. Se puede controlar de otras maneras y es lo que estamos intentando».

 

 

MARÍA:

 

«Esta mañana, hemos entrado al parque a ver una exposición de pintura que había en la biblioteca del centro cultural y, una vez dentro, hemos visto desde la ventana gente con escopetas en el parque.

 

Como ponía que se había cerrado por control de especies invasoras, hemos hilado.

 

Pensábamos que en Madrid capital no se podría estar haciendo esto. La sorpresa ha sido ver gente con escopetas o lo que fueran esas armas. Llevaban mucho equipo y ellos iban con la cara tapada. Hemos preguntado a una persona del parque si estaban cazando cotorras. Han dicho que no, que estaban haciendo labores de mantenimiento y justo les hemos visto disparar.

Entonces hemos entrado al parque para comprobar que estaban cazando cotorras. Delante nuestro estaban disparando y recogiendo los cadáveres. Se ha llamado a la Policía y se les ha preguntado si era legal que estuvieran disparando en una zona que está a pocos metros de colegios. Y han dicho que sí, está autorizado porque es el plan de erradicar cotorras.

 

No han dicho qué empresa son, no llevan logo, no dan explicación de nada. Además por la puntería, se ve que están entrenados. Todas las cotorras o la mayoría tenían disparos en la cabeza».

 

 

Integrantes de los antiguos foros locales de participación seguirán trabajando

 

Las integrantes de las Mesas de Bienestar animal de los antiguos Foros locales de participación ciudadana del Ayuntamiento de Madrid, Daniela y Helena aseguran que: «Las mesas seguimos en contacto y trabajando en equipo para visibilizar y denunciar hechos como los que se han producido hoy. Rechazamos este tipo de gestión de poblaciones, puesto que son crueles e innecesarios y proponemos métodos de gestión ética».

 

Nadie tiene derecho a matar y, ni mucho menos, a utilizar los recursos públicos para matar animales.

 

Una cosa es gestionar y otra, matar.

 

 

 

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