El desgarrador mensaje de una amiga mía de El Casar con coronavirus
Mi gran amiga que vive en El Casar me pasó hoy este mensaje que comparto con todos, bajo su permiso.
Yo, Rosa de las Nieves, editora de la revista La Plaza, puedo decir que me siento muy cabreada con todo lo que está pasando en el mundo. Estamos, de repente, sumidos en el caos y el miedo. Vamos viendo cómo todos los pilares que creíamos tan fuertes, no son lo que parecían. Y no sabemos qué va a pasar. Pero, lo peor de todo esto es que se veía venir.
Se veía venir que algo así podía ocurrir. Los que estamos interesados en saber cómo manejan el mundo los de arriba, ya habíamos visto mucha documentación, hace tiempo, de que esto podía llegar a suceder. Sin embargo, las autoridades no han puesto los medios para evitarlo.
Empezó en China. Y empezando allí, el resto del mundo pensó que eso no llegaría a sus países. Y siguió, dentro de Europa, en nuestra vecina Italia, pero se pensó que eso no llegaría aquí. Y llegó aquí y se dijo que era como un constipado o una gripe. Esto me pareció gravísimo cuando lo oí. Pero cada uno que corra con su responsabilidad.
No. El coronavirus no es una gripe. Quiero aclarar que cualquiera que me esté leyendo en estos momentos tiene la responsabilidad de buscar información veraz de los distintos científicos que hay por todo el mundo, y a los que podrán escuchar con sus descubrimientos de cómo este virus tiene 4 inserciones y no digo más. Cada uno que haga su labor de búsqueda e investigación. Pero sí os dejo dos preguntas: ¿por qué afecta al sistema respiratorio a esos niveles? ¿Por qué se está utilizando medicación para el sida? Ahí lo dejo y que el que quiera, que busque. Pero que busque buena información.
Una vez dicho esto, l@s lectores que acostumbran a leerle ya sabrán que a pesar de que a mediados de febrero en España no se estaba haciendo nada en la lucha contra el coronavirus, yo ya iba con mascarilla y guantes a los supermercados (así lo publiqué). Antes de que cerrasen los centros de educación de la Comunidad de Madrid, yo ya había publicado que a qué esperaban a cerrar los centros de enseñanza.
En cuanto a los supermercados, para mi, estos centros deberían estar mucho más protegidos para que no se deposite el coronavirus en los alimentos. ¿Cómo? Aunque las autoridades sanitarias no lo digan, yo siempre voy más lejos (nunca me quedo corta), y debería ser obligatorio hacer la compra con mascarilla (os remito a mi artículo: http://www.laplaza.com.es/nos-estamos-llevando-el-coronavirus-a-casa-en-la-cesta-de-la-compra/ ). Y todavía más: al menos la fruta y la verdura, deberían estar tapadas, todas ellas, con un gran plástico transparente. Así se evitaría que caigan las gotitas de la respiración.
Ahora vamos al titular: a mi gran amiga
Tengo una amiga, a la que quiero muchísimo, y está pasándolo fatal. Vive en El Casar. Ella llevaba ya días llamando al teléfono que han designado para la gente que tenga sospechas de tener el Covid-19. Pero muchos días pasaron sin cogérselo nadie hasta que su marido la llevó a urgencias porque ya no podía respirar.
Anteayer, 18 de marzo, la dijeron en un centro de salud que todo apuntaba a que tenía el coronavirus, pero no se lo pudieron confirmar por no disponer de tests. Ahora, en otro hospital, ya se lo han confirmado.
Aquí publico, -con su consentimiento y sin publicar su nombre-, el último mensaje que me ha enviado esta mañana, -pues casi no puede hablar por teléfono-.
“Hola guapa. Intenté llamarte pero mejor no hablo. Ayer por la tarde no podía respirar, así que subí al ambulatorio y allí me detectaron neumonía.
Tenías que ver las caras de los médicos. Yo salí llorando. Me mandaron al hospital. Preferí no ir a Guadalajara, porque ya me ha dicho mucha gente que está fatal allí.
Fuimos por la privada y fenomenal. Me pincharon por todos los lados, hasta en la arteria para saber la calidad de sangre que va al corazón y la tenía muy mal. Casi sin oxígeno. Tenía todos los parámetros para ingresarme pero uno muy al límite, por lo que decidieron mandarme a casa con el mismo tratamiento que me pondrían allí en el hospital.
Estuve hasta las 00.00 horas allí con oxígeno y atacada viendo gente como yo o más joven. TODOS con neumonía y siendo enviados a casa, menos uno porque si no lo internaban ya les dábamos entre todos. Pobrecito. Muy joven.
Me han dado antivirales (medicamentos para la malaria y sida) y un antibiótico (amoxicilina). Me han quitado la otra medicación que me dieron días antes porque no me hacía nada.
Ahora tengo el estómago que me duele y eso que me pusieron un protector de estómago.
Ya estoy en casa. He dormido bien pero el cuerpo lo tengo como un trapo. Todas estas mierdas son muy fuertes. Así que, a aguantarse.
Solo tengo que ir al hospital si me falta la respiración, porque no saben qué más darme si mi cuerpo no reacciona.
¡Pobres! Están perdidos con esto que está ocurriendo. Cada uno reaccionamos como se le ocurra al virus y ellos están a ver qué pasa.
Todo terrible. En fin.
Un beso gordo, guapa. Y vamos hablando que me voy a acostar un poco”.
Este es el mensaje de mi amiga. Un mensaje que me ha hecho llorar desconsoladamente. Porque mi amiga es una mujer muy fuerte, muy fuerte. Y muy activa. Y con una constante sonrisa. Una mujer que se hace querer por todo el mundo. Y yo, una afortunada de tenerla como una verdadera amiga.
Como imagino que estaba durmiendo, la he dicho por wassap lo que yo haría en mi propia persona en estas circunstancias:
- Beber mucho agua.
- Dormir mucho.
- No ver mucho las noticias ni nada que hable de esta enfermedad porque se entra en más pánico y eso estresa. Y el estrés baja las defensas. Y si bajas las defensas, enfermas más. Es un círculo vicioso.
- Ver vídeos muy oportunos para estos momentos, así como series y películas. Cada vez que venga ese tema a la cabeza, se debe pensar en otra cosa.
- Salir mucho al sol. Estos días está nublado, pero el sol es muy sanador. Yo de pequeña, sin saber nada de nada, siempre que me ponía malita me salía al sol de forma instintiva. Ya de mayor, lo sigo haciendo y aun más porque ya aprendí el motivo por el que mi cuerpo me lo pedía desde niña.
- Y, por supuesto, aumentar los linfocitos, porque los linfocitos actúan como defensas. Y el coronavirus, te las baja. Así pues: mucha vitamina C, alimentos con zinc y ácidos grasos, champiñones e incluso probióticos.
En fin, que sé que como ella está muchísima gente en toda España y en todo el mundo. Todos lo sabemos. Por eso, hay que tomar muchísimas más medidas, pero no solo las autoridades sanitarias, sino también cada uno de nosotros. Hay que ir siempre más allá. En circunstancias así, yo prefiero pecar por exceso que por defecto, porque creo que todas las medidas de precaución son pocas. Simplemente, pensemos. Eso es todo.
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