Gas Radón: segunda causa de cáncer de pulmón, después del tabaco
El diputado en la Asamblea de Madrid del Grupo Parlamentario Socialista, Miguel Aguado Arnáez, ha presentado una proposición No de Ley sobre el Gas Radón en la Comunidad de Madrid.
El gas radón no huele, es invisible y sus efectos sólo se ven a largo plazo.
El radón (Ra) se crea por la descomposición del radio y del uranio, que ocurre de forma natural en suelos y rocas graníticas, acumulándose eventualmente en el aire a niveles que pueden presentar una amenaza seria para la salud. Se trata de un gas radioactivo que va acumulándose en los pulmones.
En las viviendas, este gas radioactivo multiplica por siete el riesgo de cáncer de pulmón; una enfermedad que mata cada año a casi 20.000 personas en España. Lo que le ha convertido en la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón, es responsable de entre el 3 y el 14% de este tipo de cánceres en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las probabilidades de que el radón cause cáncer pulmonar a los fumadores son aún más grandes. Pero además, es también la causa principal de neoplasia maligna a quienes no fuman. En 1988, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer clasificó el gas radón como cancerígeno humano.
Podríamos considerar que un no fumador ubicado en un entorno de presencia de gas radón, con límites superiores a lo marcado como mínimo recomendable por la OMS, tendría una afección similar a la producida en una persona fumadora de dos paquetes de tabaco.
PROPOSICIÓN NO DE LEY
El diputado en la Asamblea de Madrid del Grupo Parlamentario Socialista, Miguel Aguado Arnáez, presentó, el pasado 7 de mayo, una Proposición No de Ley sobre el Gas Radón en la Comunidad de Madrid para que inste al Gobierno de España a:
1. La transposición íntegra y adecuado de la Directiva 2013/59/EURATOM sobre la protección radiológico, que impone la creación de planes de acción nacionales para la gestión de los riesgos, a largo plazo, debidos a la exposición del radón.
2. Definir un nivel de referencia nacional que sería de 150 bq/m3 ubicaría como medio entre las recomendaciones de la UE y las de la OMS dado que el nivel 300 bq/m3 es el máximo definido por la directiva europea de protección radiológica para 2013.
3. Definir una norma de construcción dentro del Código Técnico de la Edificación a integrar para los nuevos edificios (tests de radón previo en la construcción para poder instalar medidas, revisión de materiales de construcción, etc…).
4. Definir para los edificios antiguos una norma dentro del Código Técnico de la Edificación que obligue a testar, en las zonas consideradas previamente como de riesgo, y a la implantación de un plan de medidas cuando los niveles superen lo marcado como nivel de referencia.
5. Que se desarrolle una campaña de información sobre los efectos de este gas dirigida a ciudadanos, promotores y profesionales.
Se puede consultar toda la información de esta Proposición No de Ley en: www.socialismozen.es
EN LOS HOGARES
El gas radón está presente en el aire que respiramos en nuestros hogares, pues al inhalarlo pasa a nuestro torrente respiratorio, las partículas, altamente radiactivas, se adhieren al tejido pulmonar.
En 1985 se detectó un nivel de radiación en el domicilio de Stanley Watson, empleado de una central nuclear de Pennsylvania, equivalente a varios cientos de veces la existente en las galerías mineras de uranio y no proveniente de su trabajo diario. Gracias a este descubrimiento accidental, se fue asentando el conocimiento científico sobre la segunda causa de cáncer de pulmón.
La mayoría de las posibilidades de penetración del radón en una casa depende en primer lugar del aislamiento de ésta con respecto al suelo.
El tipo de suelo es el factor más importante, sobre todo si la roca madre sobre la que se asienta es rica en uranio. El ejemplo más representativo es el del granito. Además, cuanto más agrietado esté el suelo, mayor es la probabilidad de emisión. Por este motivo el sótano es el que mayor concentración sufrirá ya que suele estar encajado en una cavidad rocosa. El radón acumulado en este espacio puede emigrar hacia la primera planta por convección y difusión a través del techo del mismo.
Las aguas subterráneas pueden poseer elevadas concentraciones de radón. Cuando el agua sale de los grifos una gran parte del radón que contiene se desprende y se incorpora a la atmósfera circundante. El gas natural también contiene radón debido al 238U y 226Ra presentes en la roca almacén. Aunque las cantidades en agua y gas son mucho menos significativas.
En cuanto a los materiales de construcción, de mayor a menor son: las piedras naturales (70 Bq/kg), los cementos (70 Bq/Kg), los ladrillos (60 Bq/Kg) el hormigón (30 Bq/Kg), yesos y las escayolas (20 Bq/Kg). Los materiales que menos radón contienen son las maderas.
En la Sierra del Guadarrama se ha encontrado los valores más altos de todo el país por ocupar terrenos de «estirpe granítica», un tipo de roca rica en uranio y, por tanto, propicio para las emisiones de radón. Todo ello, en unos 65 municipios.
Sobre suelo granítico se han asentado muchas viviendas y urbanizaciones, algunas de ellas directamente sobre el terreno y otras, en las que el terreno ha sido fracturado con cargas explosivas permitiendo la liberación del radón. Estas construcciones presentan un alto riesgo de presencia de radón con el consiguiente riesgo para la salud de sus habitantes.
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