Los incendios de Valdepiélagos y El Casar han arrasado 800 hectáreas y han quemado dos viviendas
Desde las 09.00 de la mañana del 2 de agosto, helicópteros, bomberos y retenes siguen con las labores de control para que no se reactive ningún foco, dado que estamos en fase 1.
En total, han ardido 800 hectáreas entre Valdepiélagos y El Casar, se quemaron dos viviendas y fueron desalojadas tres urbanizaciones, además de la pedanía de Mesones.
Los nervios y el estrés fueron ayer los protagonistas entre los vecinos de Valdepiélagos (Madrid) y El Casar (Guadalajara).
La verdad es que parecía el fin del mundo. Todo el cielo negro. Medios terrestres y aéreos que no paraban de sumarse a los que ya había. También, efectivos de la UME, pertenecientes al I Batallón de intervención en Emergencias BIEM I, con base en Torrejón de Ardoz (Madrid). Y, por supuesto, tractores de ambas provincias trabajando en labores de cortafuegos.
En total, participaron en las labores de extinción 12 medios aéreos, incluyendo dos hidroaviones del Ministerio de Medio Ambiente, 14 terrestres, 89 dotaciones de Bomberos tanto de la Comunidad de Madrid como de Castilla-La Mancha, Protección Civil de ambas provincias, Guardia Civil y la UME, lo que hizo un total de 200 profesionales, aproximadamente.
Sobre las 11.30 de la mañana del 1 de agosto, comenzaba un incendio de cereal y pasto, así como de bajo matorral, en Valdepiélagos, que se extendió rápidamente debido al intenso calor y los fuertes vientos.
El principal problemas de estas fuertes rachas fue que cambiaban continuamente de dirección, lo que provocó su expansión de forma muy rápida hacia la urbanización El Frontal (Madrid), donde las llamas consiguieron traspasar el arroyo y la carretera.
Gran preocupación en Valdepiélagos
Nada más comenzar el incendio, el alcalde de Valdepiélagos, Pedro Cabrera, y el primer Teniente de Alcalde, Juan Carlos Heranz, se dirigieron rápidamente a El Frontal debido al enorme peligro que corrían los vecinos de esta urbanización. Junto a Guardia Civil y Bomberos, comenzaron con las labores de desalojo de los aproximadamente 80 vecinos que estaban allí.
Según manifestó esta mañana Pedro Cabrera a La Plaza: «Una parte de los vecinos de El Frontal durmieron en el Centro Cultural, porque otros se fueron a sus viviendas habituales y otra parte decidió hacer vivacs para dormir con sus perros».
El Ayuntamiento habilitó 12 camas que aportó Cruz Roja, además de otras tantas colchonetas que ofreció el Ayuntamiento de Talamanca de Jarama.
Protección Civil de Talamanca, Uceda, Fuente el Saz y Ajalvir se desplazaron hasta Valdepiélagos para ayudar en todas las labores.
Hoy, según manifesta el alcalde, «los vecinos de El Frontal sabrán, a última hora de la noche, si pueden volver a sus viviendas. Mientras tanto, en la urbanización está el Jefe de Bomberos que acompaña a cada vecino para que pueda entrar a dar de comer y beber a sus animales, ya que tienen, además de perros, caballos, algún burro, gallinas, un cerdo, etc».
El Ayuntamiento de Valdepiélagos ha encargado una paella para 20 personas y los vecinos están aportando ensaladas.
Uceda, por su parte, llevó muchísimas botellas de agua.
En cuanto al origen del incendio, el alcalde comenta que «el Seprona está investigando las causas del mismo» y señala el «espectacular despliegue de medios técnicos, tanto aéreos como terrestres que hubo ayer durante el incendio». También, señalar que la piscina municipal estuviese abierta para poder recoger agua de la misma.
El puesto de mando se situó a la entrada de Valdepiélagos.
Según informaron a La Plaza fuentes del 112 de la Comunidad de Madrid: «La dificultad del terreno agrícola y el viento importante que hubo, hizo progresar las llamas, así como dificultar su control. Lo primero que se hizo fue desalojar las urbanizaciones con personal de tierra, bomberos y Guardia Civil, mientras los medios aéreos intentaban ralentizar el avance de las llamas para conseguir desalojar a todos».
De ahí se extendió a la urbanización Lago del Jaral (El Casar), llegando también a Nuevo Mesones y al propio Mesones, cuyos aproximadamente 200 vecinos fueron desalojados y trasladados al casco urbano de El Casar.
Según añadieron fuentes del 112 Comunidad de Madrid, sobre las 19.30 horas, el incendio se declaró en situación operativa de nivel 2, obligando a desalojar urbanizaciones. «No hay heridos y el frente que amenazaba la urbanización El Frontal está en fase de control».
En total, han ardido 800 hectáreas, la mitad de ellas son de la Comunidad de Madrid y la otra mitad, de Castilla-La Mancha.
Intervención de la UME
El delegado de la Junta de Castilla-La Mancha en la provincia de Guadalajara, Eusebio Robles, comentó que el nivel 2 se declaró sobre las 17.25 horas.
A petición de la Consejería de Desarrollo Sostenible del Gobierno Regional, Francisco Tierraseca se puso en contacto con la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior para activar la intervención de efectivos de la UME, pertenecientes al I Batallón de intervención en Emergencias BIEM I, con base en Torrejón de Ardoz (Madrid).
La petición realizada por el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha fue autorizada por la Dirección General de Política de Defensa y los efectivos comenzaron a llegar al lugar del incendio. La Cruz Roja de Guadalajara también se deplegó hasta la zona.
El INFOCAM de Castilla-La Mancha informaba de la situación de «riesgo» en ambas urbanizaciones y en las pedanías de El Casar, Mesones y Nuevo Mesones.
Además de las 800 hectáreas, dos viviendas de vieron afectadas por los incendios. Ambas, situadas en la M-120.
Los afectados de El Casar fueron trasladados al casco urbano
La alcaldesa de El Casar, María José Valle Sagra, comentó esta mañana a La Plaza que hasta las 06.00 horas, se ha estado en fase 1.
«Hay zonas que aún están humeando, por lo que los medios terrestres y aéreos están trabajando para tenerlo controlado y, en caso necesario, poder reactivar el protocolo con tiempo», comentó Valle Sagra.
Según la regidora, «se sabe que el incendio comenzó en Valdepiélagos, pero se desconocen aún las causas».
«Como se extendió de forma muy rápida, nos vimos obligados a desalojar las urbanizaciones Lago del Jaral, Nuevo Mesones y la pedanía de Mesones. Todos los vecinos fueron trasladados al polideportivo municipal, el Centro Joven y el frontón cubierto, donde habilitamos estos espacios tanto para ellos como para sus perros. Sin embargo, gran parte de estos vecinos se fueron dispersando hacia la zona del Aldi, en el polígono industrial».
A las 22.30 horas, todos los vecinos desalojados de El Casar pudieron volver a sus viviendas.
La alcaldesa señala que la zona de Guadalajara ha sido la más afectada por los incendios, aunque, eso sí, las viviendas que se han quemado han sido en la Comunidad de Madrid.
En cuanto a Protección Civil, sus voluntarios llegaron de diversos municipios como Talamanca de Jarama, Uceda, Fuente el Saz, Ajalvir, Fontanar y Villanueva de la Torre, entre otros.
Testigo directo
La que escribe este artículo, la directora de La Plaza, fue una de las primeras personas en ser desalojadas.
Todo ocurrió muy rápido.
Vi el incendio, en la parte de atrás del cerro, sobre las 13.30 horas, momento en el que ya llegaban medios terrestres y aéreos. Aparentemente, parecía ya apagado. Pero a los pocos minutos, una gran humareda negra cubría la zona de la urbanización El Frontal.
La llegada de vehículos terrestres y aéreos tanto de la Comunidad de Madrid como de Castilla-La Mancha era continua. Y dando gracias al acuerdo que llegaron ambas Comunidades Autónomas para las labores conjuntas de extinción de incendios, pues ayer fue el momento de ver su efectividad.
Tras llegar al Frontal, el cerro se reactivó de forma tremenda. Las llamas eran altísimas y amenazantes y el humo, completamente negro porque se estaba quemado bajo matorral entre jaras, aliagas y enebros.
Cuando ya vi que nos teníamos que ir, dado el peligro que estaba enfrente y de forma descontrolada por los fuertes vientos, vi un agente de la Guardia Civil ya en la puerta de mi casa diciéndome que cogiese corriendo a los perros porque desalojaban todo. Cogí a mis dos perros, a los que no atinaba ponerles el arnés.
Aquel maravilloso agente me ayudó a bajar en brazos a uno de ellos, a Jacky, mientras yo bajaba en brazos a Lola que estaba asustadísima. Tras cruzar la carretera, con tanta tensión, un bombero también me ayudó con ellos. Y no sé si fue él o el agente de la Guardia Civil el que me dio su botella de agua fría para que pudiese dar de beber a mis perros durante el camino que tenía hasta llegar al casco urbano; pues mi vehículo estaba en el pueblo. Les doy las gracias a los dos porque, a pesar de la tensa situación, estuvieron, en todo momento, tranquilizando a mis perros. Una actitud cada vez más valorada por los ciudadanos.
Bajaron mis hermanos y mi sobrino, a los que también desalojó la Guardia Civil. Me fui con uno de mis hermanos hasta el pueblo. Aquello era un hervidero de tensión y de vecinos echando agua con las mangueras a todos sus jardines. La gente no paraba de ayudar. Todos se unieron para alojar a los vecinos desalojados y ofrecerles sus viviendas, tanto a ellos como a sus animales, además de ofrecer comida y agua.
Una vecina, junto con su hija, fueron hasta su casa para poder darme un cacharro de agua para mis perros, lo que agradecí muchísimo. Durante bastante tiempo, quise estar en mi coche con el aire puesto para tranquilizar a mis dos canes, pues, como es normal, estaban alteradísimos. Ya pasado el tiempo, entré en casa de Estela, a la que no la conocía, y me ofreció estar allí con Lola y Jacky.
Mientras tanto, el tránsito de medios aéreos era continuo e imparable. Observé la actitud de la cigüeña, que tiene su nido en la Iglesia, y no paraba de volar sin saber a dónde ir. Su trasiego era continuo.
Los vecinos seguían muy preocupados porque las rachas de viento eran muy fuertes y cambiaba continuamente la dirección del mismo.
Llegaron el alcalde de Uceda, Francisco Javier Alonso, la primer Teniente de Alcalde, Eva Martínez, y el segundo Teniente de Alcalde, Mario Clemades hasta Valdepiélagos, pero no les dejaron pasar porque todas las carreteras estaban cortadas.
El incendió también llegó al término municipal de Uceda, aunque, afortunadamente, solo llegó a quemar 4 hectáreas.
En cuanto a las redes de comunicación, no funcionaban. Yo intenté informar en directo de todo lo que estaba pasando pero era imposible conectarse a internet, ni siquiera solo con datos. De hecho, casi no funcionaban las llamadas ni el wassap.
El panorama era tan preocupante en Valdepiélagos que la Guardia Civil alertó a todos los vecinos de que tuviesen preparados sus vehículos para, en caso necesario, desalojar el pueblo entero.
Ya pasadas las 21.30, la cosa pareció estar más controlada y a las 22.30 horas, nos dijeron que podíamos volver a casa. Sin embargo, los vecinos de la urbanización El Frontal no pudieron regresar.
Afortunadamente, todos estos 200 profesionales hicieron posible que casi no hubiera daños materiales que lamentar, excepto estas dos viviendas.
La imagen de las 800 hectáreas quemadas es desoladora, además de pensar en todos los animales que han muerto quemados vivos.
Solo tengo palabras de agradecimiento a todos: desde los que me ofrecieron dormir en su casa (gente de Valdepiélagos, Caraquiz, El Casar y Fuente el Saz), y empezando por la Guardia Civil, Bomberos, a estas vecinas que me ayudaron y a todos los vecinos que ayudaron a todos sus vecinos.
Desde aquí, dar las gracias a profesionales de los Bomberos de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, a todos los medios aéreos y terrestres que llegaron, a Protección Civil de todos los municipios, a la UME, a todos nuestros Ayuntamientos que se unieron en todo esto, y a todos los vecinos de ambos municipios que han ayudado a sus respectivos vecinos. Gracias a todos ellos, la situación extrema no fue a más. Gracias.
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